Lo más estupendo que tiene tratar con un loco es que, sin tiempo y sin cura, pero con causa, acabas cayendo en su locura.
Te conozco y sé que te supera la realidad. Y te dan ganas de dejarlo, romperlo, y mandarlos a todos al carajo. Si no puedes, déjalo; si no te dejan, déjalo. Te conozco y sé que no eres tú, sino las consecuencias (si miras atrás te recordarás, poesía) de tu obra. Déjalo. Te conozco y sé que, al fin, te has dado cuenta que para ser feliz has de superar tus miedos. ¿Mereció la pena castigarte sin delito? Déjalo. Para los que quieren saber recomiendo leer un libro bueno, para los demás la Biblia que tiene todas las respuestas. Déjalo. "Los libros se respetan usándolos, no dejándolos en paz". (Umberto Eco). Te conozco y sé que lamentas haber permitido palabras lisonjeras para alcanzar tus sueños. (... y el cinismo conquistó al civismo). Déjalo. Has rebasado tus límites y no soportas la realidad que vives. Déjalo. El amor duda de la persona amada y tú confundiste el amor con el amor propio. ¡¡Déjalo!!. (Mientras llega el día, da la espalda a las redes sociales, y sobre todo al selfi). Gracias.
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