Seamos realistas.

"Ojalá y que no sea mucho pedir y vengan tiempos mejores, innovadores, y de buena colindancia para llegar a fin de mes".

Sin gentilicios, esta realidad que vivimos no tiene nombre ni lugar de asentamiento en el mapa. Quien no cree en el humano ser no cree en Dios. Uno ruega a Dios cuando la ciencia lo desahucia y pierde la esperanza. Como a Santa Bárbara cuando truena. Rogar a Dios cuando la cosa pinta mal no es pecado. "Si te dicen que alguien habló mal de ti, no te defiendas y solo di: parece que no conoce mis otros defectos porque, si no, no habría mencionado solamente ésos". (Epicteto). Vale, seamos realistas: Que hablen mal de ti, como si hablan bien. Ni bien ni mal: nadie habla de ti. Eso para quien vive de los halagos es la muerte sin resucitación. No se trata de llegar a fin de mes, sino de saber por qué no se llega a fin de mes y quién maneja la tramoya. Al menos sabemos que casi todo se cura cantando coplas de amor bajo un sauce llorón. (Ser perro callejero es una reivindicación proletaria, aunque haya que cargar con pulgas y soportar de cuando en vez una coz del amo). Gracias.