jueves, 19 de agosto de 2021

Y al cura qué le importa.

Escasa de madurez y sobrada de años, de cinismo disfrazado, de irrespeto colindante, de hipocresía. Y excesivo el rencor.

Hace años participé en un taller literario que me dio vida. No aprendí a escribir, escribir no sé y nunca aprenderé, mi mente absurda se niega a aprender, pero hilvano palabras y me conozco mejor. No hago daño a nadie escribiendo el día que me gusta vivir. O eso creo. Duele reconocer que no puedo aspirar a más, siquiera recordar. Aquel taller literario me dio la vida. Con decir que un día escribí que había resucitado. Y más: "hay vivos que solo aspiran a abrir su corazón al cura el día de la extremaunción y adiós mundo cruel". Son zombis. Joder, dona, hay que tener los humildes bien plantaos para contar al cura lo que no contamos a quien amamos. ¿Pero qué ganan aplicando la muerte del maligno a todos los días de su vida? La vida es querer aprender a saber y ser mejor, o reconocer que nunca aprenderás pero que hay vida más allá del dolor de alma. La vida cuanto menos es saber rodearse de las mejores personas (y una sobradamente mala). Y la salud que no falte. Gracias.

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