Quien fracasa en el amor (que no juzgue y bese el alma) no es un fracasado, pero va siendo demasiado. De fracasar, caer y levantarse estamos en ello todos. Lo que no estamos es por ayudar a los que siempre pierden (algo anda mal). Digo todos y no, no estamos todos: yo soy uno de los que cayó y no se levantó pero aprendí la lección (caí al inframundo). Quien no sabe lo que es bueno que no deje el amor para mañana porque de lo bueno el amor es lo mejor. Que no lo deje para mañana que hoy lo parió la santa poesía y mañana vaya usted a saber. No hay discursos de actitudes maduras que merezcan la pena. Ni habrá simulacros ni más emboscadas al doblar la esquina. Amor perfumado de azahar, amor sencillo, profundo amor que no dijiste basta cuando te sentiste acorralado. Se hace conveniente un llamado a un nuevo comienzo. Si la dicha es mala peor es la desdicha. Nunca es tarde para lo mejor... Y luego celebrarlo y hacer causa común detectando la manera de levantarse una vez más. (Un literato ortodoxo desacraliza dogmas y eleva a la categoría de injusticia los delirios que padece). Gracias.
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