miércoles, 2 de septiembre de 2020

Viajando por mis adentros.

Donde no crece la flor de azahar no es buena tierra. Es tierra de indiferencias. Mala tierra. Vivo en Les Seniaes, donde todo comenzó. Donde aprendí a leer, el sitio donde con el tiempo me enseñaré a no mancar la palabra. Tuve suerte de volver a la vida en Les Seniaes. Aunque recuerdo que no fue fácil, la clase dominante investigó quién era y de dónde venía. Venía del norte y allí asesinaban a la gente. Me investigaron y libre de culpas, como un quijote sin mancha, me concedieron el tercer grado penitenciario. Fueron comportamientos fascistas. Corren tiempos de incertidumbre y me vienen a la cabeza recuerdos que no creí que aún estuvieran viajando por mis adentros. Nunca pretendí lo que no fuera mío. Y sí, me enfrenté a la clase dominante en defensa de la familia, y los hijos primero. Defendí causas perdidas de antemano y curiosamente las gané. Tal vez levanté la alfombra del miedo y pensaron que podían perder aquello que nunca fue de ellos. Va a ser verdad que no hay paraíso sin una musa que inyecte poesía en vena. (Busca quien lame tus cicatrices como dona me las lamió a mí). Gracias.

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