domingo, 6 de septiembre de 2020

Alma errante.

Y qué si dejamos de hacernos daño y nos cantamos las verdades a la cara... Dejar de engañarnos ahora que sabemos que nos amamos como antes. O dejamos de hacernos daño o acabaremos en el manicomio. O peor: dedicándonos a la política. Yo hago vida sana y la política no va con mi fe religiosa, o sea, hoy no va por mí, va por ti y por los que viven ausentes de la verdad porque la mentira es mejor. La mentira de los políticos será mejor pero no es sana. ¿Y quién convence de la verdad a los políticos que viven de la mentira con un salario demasiado digno? La mentira es cómoda de asiento, fácil y agradecida. La mentira, como el silencio administrativo de ayer, es otra dejación de funciones, un vicio de costumbres y una vergüenza. Y no quiero alargarme más que llego tarde a misa y otra disculpa no tengo. Bah, en realidad tengo, pero no son inteligentes, son disculpas de políticos mentirosos y perjudican el alma. Quien lee el día en de soslayo sabe que merece la pena dejarse acompañar por la verdad. Mis amables lectoras llevan cuidado y no provocan decepciones ni se mudan de soslayo. Gracias.

2 comentarios:

  1. Hola tú

    Tus lectoras no sé si se mudan o no, yo sigo aquí sin hacer ruido.

    Buenas madrugadas

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  2. Tú eres más que lectora, eres musa, poesía. Gracias por seguir ahí. Beso.

    Salud.


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