sábado, 23 de noviembre de 2019

El testamento del abuelo Florenci.

Ayer, en el mercado y tomando café que de disculpas estoy servido, a dos les oí cantar que en su pueblo van de capa caída porque un algo los atarantan. Y me fui, que los asuntos de otros pueblos me dan grima. Aunque los chismes me chiflan. Los asuntos de otros pueblos. Va en serio, mi espontánea lucidez me ofrece datos de incompetencia que bailan al son que tocan los que mandan pues no saben cómo sentar el culo de una en la silla de otra. Probes. Y tienen la desfachatez de celebrarlo.

Los cantares del pueblo de Patricia como los de otros pueblos me aburren, prefiero escribir el día que me gusta hasta que la Fiscalía actúe cuando acudan las pruebas de indicios al caso... Será lo que tenga que ser. Quizá la Fiscalía derive el caso a Hacienda por un delito de blanqueo de dinero continuado o desfalco de caudales públicos en el desempeño de funciones. A veces la Fiscalía no escucha pero escucha Hacienda. O escuchan las dos: que una mano lleva otra... Eso. (Tomo café y leo lo que escribe mi ordenador que me ordena un sábado de fieles los difuntos. Aturullado no entiendo nada. Aunque en algo me recuerda el testamento del abuelo Florensi y la herencia a la que vincula su fortuna la familia Pujol Ferrusola). Gracias.

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