miércoles, 20 de noviembre de 2019

Corazón insolente (y dos y se acabó).

Por el camino del olvido anda uno entre el odio y el dolor. Si me regalara cinco minutos de psiquiatra la acercaría a las ideas de la comprensión que contempla otros argumentos. Si me regalara cinco minutos de psiquiatra la acercaría al bendito amor y la santa poesía. Si me regalara cinco minutos de psiquiatra la escoltaría en la búsqueda suscitada con prueba de indicios.

A quién importa una vida inmoral. A quién importa una herida abierta que solo la muerte es capaz de cerrar. A quién importa el odio de uno. El odio de uno es el dolor que solo la vida de una sabe lo que duele. Y duele en el alma. (No duele el odio de uno, duele el adiós de una). El camino de la verdad es uno, como uno es el primer beso ¿recuerdan? Cuando quiero escribir sobre un tema que viene al caso y mi ordenador que me ordena no me deja, traigo a de soslayo las enseñanzas de mi viejo y sabio amigo Eugenio: "la familia, estúpido, y los hijos primero". (Los sueños son más importantes que el dinero mientras no lo tienes. ¿Y si lo tienes, lo gastas, y luego, como los ERE de Andalucía un magistrado te recuerda de quién es? Gracias.

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