"Es hija del invierno pero intima con la primavera; viste coraza, aunque guarda un tierno corazón, y es tan versátil que igual luce en un guiso tradicional que en un plato de vanguardia". (Jesús Trelis sobre la alcachofa para el diario "Las Provincias").
Dijo que sería lo que siempre fue, dijo que no cambiaría. Creyó en su palabra y ahora que la tormenta se cierne sobre ella y la incertidumbre la envuelve, ay, su palabra. Vivía en el cuento de nunca acabar hasta que un día se miró al espejo y se dio cuenta que no, que el espejo no engaña y no era la que fue. También de sus ojos la mirada más triste no engaña, lo hubiera dicho cualquiera, pero no tiene a su lado a cualquiera que se lo diga. Vaya por Dios. La mujer más bella e inteligente niega a cualquiera que le cante las verdades. Mientras, vive una aventura que ni su propia desventura ha logrado derrotar. Cuándo, Dios dirá, pero más temprano que tarde comprenderá que el odio deshumaniza y el dolor humaniza. Mañana sigo. Gracias.
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