domingo, 3 de noviembre de 2019

Dile a tus ojos que dejen de mirarme.

Cuando un político electo desprecia la inteligencia ciudadana sería un milagro que el dueño de su partido político lo volviera a presentar a otras elecciones, y para mayor injuria las ganara. A mi entender, ese milagro superaría con creces al de Jesús el Cristo de anda y andó. Misterios tiene el Santo Rosario, pero ninguno lograría, de resolverlos, la esencia de milagro como el expuesto anteriormente. Dicen que la política es el ¿arte? de hacer posible lo imposible y va ser verdad, pues una bella e inteligente mujer, cargo electo para más señas personales, por despreciar de manera reiterada la inteligencia ciudadana, sin juicio ni presunción de inocencia, u otra razón desconocida para mí, por si las moscas, se tiñó el pelo de rubio. Al fin se dejó aconsejar... Ojalá y no sea tarde. (El mejor aporte que un político puede hacer contra la corrupción es ser honrado). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario