sábado, 2 de noviembre de 2019

Cuando Lucifer no te vea sube al desván.

Lo de ayer fue lo de ayer y lo de hoy será o no, pero hay que vivir. Y sí, no es fácil ni predecible vivir porque el día más claro llueve y nunca llueve a gusto de todos. Hoy, como ayer (no reprocharé a una amiga ida su ánimo alicaído por sentirse sola o que no sepa llorar de alegría sino por reminiscencia), una amiga ida me obliga a escribir el día desde mi impagable soledad.

De cuando en vez uno se ve obligado, porque las circunstancias de la vida obligan, a cerrar la puerta de un portazo. Yo soy persona sincera cuando expreso mis sentimientos y si cierro la puerta de un portazo lo doy en el desván donde se guardan los malos recuerdos y los trastos que se tiran a la cabeza (cuando Lucifer no te vea sube al desván). Un pasado por superar es ironía, el cosmético que maquilla el psique cuando las expectativas de un futuro feliz están ancladas al pasado. Gracias.

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