viernes, 16 de marzo de 2018

A vueltas con la verdad.

Echo cuentas (con los dedos para no extraviarme) y el resultado me asombra: la verdad no sé si te hace libre pero te hace más fuerte, y honorable, hasta el punto de que nadie sería capaz de comprarte la voluntad, ni convencerte de lo contrario que sería quizá confundirte y rebajarte a la altura de la humillación. Sí, también la verdad te hace libre. Y te hace recapacitar, ponerle cara al caminante, amor a las caricias, latidos a un corazón y sonrisa al llanto. Un latido del corazón escribe el día: sentimiento sincero (se entienda o no). La verdad, si hablamos de amor no engaña. Engaña si engaña lo demás. ¡Qué país!. La verdad padece insomnio y a Morfeo no se le espera. La verdad desangra cuando se enfrenta al espejo. Ese espejo que recrudece la realidad. Tristemente la verdad está a merced de la opinión pública y ante la innovación léxica en la noche desvelada. La verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero. Gracias.

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