lunes, 26 de junio de 2017

Mi palabra escrita.

"Toda palabra dice algo más de lo que debiera y también menos de lo que debiera expresar". José Ortega y Gasset.

Lo tengo escrito: Mi palabra escrita golpea y acaricia. Mi palabra escrita golpea cuando alguien me hiere el alma, mi alma herida, y me trae de regreso a casa. Mi palabra escrita acaricia la sonrisa alegre de un bebé. Mi palabra escrita acaricia más que golpea. Mi palabra escrita vuela libre como las mariposas cuando es primavera. Mi palabra escrita tiene sentimientos y se silencia para no herir otros sentimientos. Mi palabra escrita si no conmueve el querer de quien no atiende a razones se siente perdida y se desbarata. Mi palabra escrita no comprende la falta de interés y trasmite noticias que penetran a distancia. Mi palabra escrita no se contrasta para no caer en la corrupción. Mi palabra escrita está cargada de imaginación. Mi palabra escrita no se deja leer por personas que les interesa la inmaculada verdad. Mi palabra escrita no vale nada pero es mi palabra, y cuando no tengo nada que merezca la pena escribir mi palabra escribe por mí a libre albedrío. Y si una musa la inspira, entonces, mi palabra escrita solo se deja leer entrelíneas.

Mujer, cuando pienso en ti no soy dueño de mi voluntad y mi palabra golpea el teclado porque no encuentra lógico tu quehacer, me haces daño y te haces daño. Mi palabra escrita no entiende porqué te comportas como te comportas; si yo te quiero y tú me quieres, si me quieres... Si en realidad me sigues queriendo déjame ser dueño de mi voluntad para que mi palabra escrita no corrija tu sensibilidad por más que ésta sea pretenciosa. Mi palabra escrita alguien la lee y la toma en serio. Pero eso no sé explicarlo, supongo que todos tenemos una mirada en la que nos reflejamos.

Mujer, permite que mi palabra escrita vuelva al amor y la santa poesía. Obra en consecuencia, sino por mí por ti, y la gente que te quiere y le hace daño tu cara de pocos amigos. Tu tristeza no la cubre el maquillaje. Gracias.

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