Llueve, llovía, hablo de ayer domingo. Llovía, no hacía frío, estamos en junio, pero llovía y, triste de
morir, escuchaba a "La Negra Parra" cantar "Gracias a la vida". Creo que
yo también estoy en deuda con la vida. "Gracias a la vida" es
una hermosa canción de agradecimiento a la vida que me ha dado
tanto. Violeta Parra no tuvo un final feliz, la jodida depresión acabó con su vida. La depresión es una broma que no tiene la mínima gracia. Vivir cuesta y
sí y sí hay que pagar lo que cuesta. Cada día viene con su ánimo y tiene un precio
diferente que hay que pagar y no hay rebajas de temporada, lo que hay, y lo sé de fijo, son oportunidades que no debemos dejar escapar, especialmente
aquellas que vienen con la palabra amor en la etiqueta.
Agradecimiento al bendito amor, a la santa poesía que es la vida. Que los
asuntos inaplazables no impidan dejar escapar las oportunidades que se
presentan en su estado de gracia original.
A la vida merece la pena dedicarle tiempo sin agobios. El tan preciado tiempo de vida que nos queda por vivir. Y
así, en este plan estaba ayer domingo escribiendo y escuchando a Violeta Parra
y en eso llegó Fidel y mandó a parar. O dicho de otra manera llegó Ian y mandó a parar. El sacrificio de ser güelu. Gracias.
Bien...
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