Las entidades financieras siguen despidiendo trabajadores a mayor
ritmo que crece su cuenta de resultados. No soy capaz de
entender que a menos personal laboral más beneficio porque formo
parte de una generación en la que el mayor activo de una empresa
era sus trabajadores. Entonces, a menos trabajadores menos
cosa producida y menos de todo incluido los beneficios. Vamos a peor de lo que estuvimos. Un partido político tiene un dueño y un secretario de
organización. Un pastor tiene un rebaño y un perro, ay. Un banco tiene
un usurero y un cajero automático. Y todo empezó con un cliente en una gasolinera: "no te preocupes, Manolo, tú almuerza, yo me sirvo". Antes conocíamos a Manolo el de la gasolinera, a Gloria la panadera y etcétera. Ahora, y hablo por mí, no sé qué paso seguir después de "teclee o diga su número pin". ¿Qué número pin? Mi alma resignada vive exclusivamente para el olvido.
Las noticias en los medios no son alentadoras. Salir saldremos de
la crisis tal vez para entrar en otra porque esta ya dura la
intemerata, lo que no saldremos es igual que entramos, con esperanza
quiero decir. Me vale si es verdad que vivíamos por encima de
nuestras posibilidades, pero si no es verdad, que alguien me lo diga porque llevo diez
años sintiéndome culpable y no sé por qué. ¡Qué pena más grande!. Saldremos de una crisis
y entraremos en otra mayor. Será una crisis humana y económica,
porque la cosa productiva no estará en manos de trabajadores sino de robots inteligentes. Y no digo
que será malo para los trabajadores porque los trabajadores ya serán historia, tampoco para los corruptos que también, a no ser que los robots roben aceite de engrasar: será única y exclusivamente malo para el amor. De siempre creí que sería el asexuado Cupido el que acabaría con el amor y será un amasijo de chatarra y cables y vaya usted a saber. Un robot de
inteligencia superior mi siente ni padece. Así
que el de soslayo de hoy es un ruego a las autoridades para que, de momento, en la inesperada locura que se nos presenta, dejen de acosar la prostitución porque el futuro pasa,
sin ningún género de dudas, por el amor de apariencia ilícita. ¡Dios mío!, ni amigas del alma ni amigos de pandereta, solo
amigas con derecho a roce y amigos cachas para la
ocasión, viernes de "aquí te pillo y aquí te mato", turismo de prostitución
y bancos de parques solitarios en la noche desvelada. Temblarán los pilares de
las iglesias y volveremos a las cavernas. ¡Qué tragedia!.
Leo y leo, releo, y pienso que debo dejar la prostitución tranquila y todo lo demás, sin olvidar las pastillitas de colores que me recetó "la suplente". Desvarío: he dado en loco. Hasta que mi mente absurda vuelva a confluir en un mismo ente
de razón me apeo. (Si le ruegas a Dios y te oye no hay
problema, porque Él tiene respuesta y soluciones, de lo contrario, vuelve y recuerda que la dama que no te deja ir es insustituible, como el buen trabajador). Gracias.
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