domingo, 25 de junio de 2017

San Ian.

Ayer mi esposa puso sus mejores galas...

-¿Y qué celebramos?
-San Juan.
-¿San Juan el santo o Sor Juan el rey emérito?
-Ian, pareces... (disculpen, horario infantil). Ian es Juan.
-¿Ian no es Ian sino Juan?
-Ian es Juan y Juan es Ian, nombre de origen bretón, la Bretaña francesa. Ian es Juan.
-Creí que Ian era nombre de origen Celta.
-Ian es de origen Celta. Léxico bretón. Lengua celta britania de la antigua Britania, la Gran Bretaña de antes, el Reino Unido de ahora y lo que Dios quiera después del Brexit. ¿Comprendes?
-Madre del Amor Hermoso, qué carácter. Tranquila mujer, no lo sabía.

El saber no ocupa lugar, desde luego si se tiene hueco para guardar la información. Y para que sea efectivo, el hueco necesariamente tiene que estar en el cerebro y no en la entrepierna donde se guarda la prepotencia, la ignorancia, la obstinación, los prejuicios, la oscuridad y el machismo que precede a la tempestad. De pequeño el maestro me decía que tenía serrín en la cabeza, cuando fui mayor y tuve uso de razón, a fuerza de voluntad, fui vaciando el serrín de la cabeza al tiempo que la dividía en parcelas para no mezclar alegrías con tristezas y así poco a poco fui guardando en las parcelas la información como poder, consejos para obrar ante cualquier circunstancia, experiencias que llegaron a ser amores; lo que me iba sucediendo en la vida y creí que merecía la pena retener. Todo tiene su aquel y a pesar de haber guardado alguna decepción mereció la pena. Uno va viviendo y aprendiendo hasta que llega el examen final. Y aprobaré el examen que pondrá a prueba mi capacidad mental. Y seguiré reaccionando ante la saña, las injusticias y los desprecios de uno y otra y el desinterés enfermizo de quien lo puede evitar y no sabe no contesta (no doblarás mi renuencia) con la palabra escrita. Disculpen por sacar a pasear un hecho delictivo que me toca de cerca. Quienes me regalaron la vida me amaron y quienes me mantienen vivo aún más. Va para ellos: la familia, y los niños primero, por Ian en el día de su santo. Ian o Juan, lo que diga mi esposa. ¡Señor, sí señora!. Importa quien es, el nombre es lo de menos. Por Ian, un cielo de bebé. Gracias.

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