viernes, 2 de junio de 2017

Cuando la depresión es un negocio.

Hoy tengo cita con la dama que no me deja ir y quizá le hable; hoy me apetece recordar y cantarle mis verdades. Una vida vive triste de morir sin pasión de ánimo. Una vida no vive vegeta. Una vida no es vida ni nada que se le parezca. ¿Esa es mi vida? Harto de pastillitas de colores deambulo por la vida incapaz de idear un escenario feliz y un hombre que lo habite. No soy yo ni mi sombra. Pienso que Dios y María están determinando darme la extremaunción y amén. Con pastillitas de colores que maquillan la realidad no se combate la depresión, con pastillitas de colores se gana un salario. Y un mes de vacaciones (me acaban de llamar del Centro de Salud Mental para decirme que la dama que no me deja ir está de vacaciones y que no hace falta que vaya. No me conoce: otra vendrá que buena la hará). Gracias.

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