domingo, 20 de noviembre de 2016

¡Tun, tun!.

La muralla.

Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.

Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.

-¡Tun, tun!.
-¿Quién es?
-Una rosa y un clavel...
-¡Abre la muralla!.
-¡Tun, tun!.
-¿Quién es?
-El sable del coronel...
-¡Cierra la muralla!.
-¡Tun, tun!.
-¿Quién es?
-La paloma y el laurel...
-¡Abre la muralla!.
-¡Tun, tun!.
-¿Quién es?
-El alacrán y el ciempiés...
-¡Cierra la muralla!.

Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la hierbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla...

Alcemos una muralla
juntando todas las manos:
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte...

Autor: Nicolás Guillén.

                             ¡Hay que joderse!.

"Obama es diabético y Merkel tiene alergia a la flores". Mariano Rajoy.

Así no se gana un pueblo. Así no se vende un político que quiere gobernar el mundo. 

¿Qué les ocurre a los políticos de ahora? ¿Qué es eso de los nuevos partidos populistas si el populismo lo inventaron los partidos de siempre? No es por vanagloriarme de lo que no soy porque lo soy: en mis tiempos de tambor y gaita, cuando iba al baile vendía la moto mejor que ninguno (ni bicicleta tenía). ¿A quién quieren engañar los políticos de ahora? Vale Rajoy porque es un superviviente y hasta que hagan un hueco en el museo de cera no nos queda otra que aguantar sus descuidos ¿pero qué me dicen de la nueva ola de politiqueros de saldo que se arriman al sol que más calienta sin ruborizarse siquiera?

Si a tu puerta llaman y por la mirilla ves a un tipo estupendo con papeles bajo el brazo una de dos: o te quiere cambiar la compañía o es un fraude de acreedores. No te fíes, recuerda. Tienes la compañía que has elegido, amigos o lo que sea (sin acritud). No abras la puerta a cualquiera. Porque sí, en política las voluntades se compran, el problema, que pierde quien compra y pierde quien vende. No te engañes. De amor hablaremos otro día si tú quieres. Gracias... (de nada).

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