lunes, 21 de noviembre de 2016

Escribo para quien me lee.

Es cierto: "no existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo". Oscar Wilde. La cuestión es la inspiración. Sin inspiración poco o nada se puede escribir y menos decir. Yo tengo una musa que me inspira si hablo de amor. Gracias, te quiero. Y Rajoy para casi todo lo demás. Lo echaré en falta. Confieso que Rajoy me inspira porque abarca desde la pobreza hasta las miserias más tristes de morir, que es la realidad que nos toca sufrir. Nunca dejaré de escribir por algo o por alguien. Qué o quién no tengo claro que importe tanto. Pero sí las circunstancias que lo provoquen. Cada escrito lleva una carga de sentimiento y un nombre escrito entrelíneas. Escribo para quien me lee: a veces alcanzo mi objetivo y otras no (supongo). También escribo para conocerme mejor. Lo que no me cabe la menor duda es que quien me lee y vuelve algún día me llegará a querer. Lo digo yo y lo dice una amiga ida que me lee en silencio y confiesa que leer cada día de soslayo crea adicción (amor quiere decir, pero calla). Gracias... (de nada).

5 comentarios:

  1. Corre por mis venas la adicción. Al sufrir, a escribir tonteras, a leer al poeta trashumante -como tu amiga silenciosa- a tomar somníferos, a leer lo que no me enseña. En fin. Ya no recuerdo por qué estoy escribiendo esto. Tienes la culpa, ignoro cuál pero pus hay que buscar un culpable y tu estás muy a la mano.

    Buenas -a que ni tienes una amiga tan fiel como yo ¿Eh?

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