viernes, 11 de noviembre de 2016

Ahora empieza lo mejor.

Naturalmente, culpables las encuestas de opinión y los estudios demoscópicos que se equivocaron; ¿y qué si se equivocaron? La cuestión es que hay un nuevo presidente en los Estados Unidos de América y tenemos que llevarnos como hermanos en cualquier circunstancia porque somos aliados, (al margen lo que quiera decir aliados). Convendría que nuestros políticos y otras cabezas entusiasmadas con sus pensamientos les diera por solucionar los problemas que nos afligen y dejaran a los americanos releer sus memorias. Donald Trump no puede ser nuestra mayor preocupación. Podrían empezar por abrir un frente común contra la pobreza, la desigualdad, la vivienda, la corrupción, los salarios, las pensiones, la sanidad, la educación, la dependencia, el paro y etcétera. No me canso.

Las bolsas de valores en el mundo bajaron cuando temían "lo peor" y subieron cuando confirmaron "lo peor": ¿en qué quedamos? Vivimos tiempos de subsistencia cercana al racionamiento de pan para hoy y hambre hasta mañana si Dios quiere. Vivimos con el agua al cuello. ¿Entregados los mejores sueños, qué importa si Donald, Hillary, Ángela o Mariano? ¿Si tuvimos, tenemos, y tendremos un dueño, a quién importa la raza? Perderemos con Donald como hubiéramos perdido con Hillary; como ahora perdemos con Ángela y perdemos con Mariano. La política hizo la ley y la política hizo la trampa. El asunto es ese y no otro. Ahí están los porcientos y las grandes fortunas que confirman las dudas y las deudas con el Erario. En las mentes de nuestros gobernantes anida al mal que envenena los corazones y el porvenir.

Confiemos en un nuevo amanecer. La opción es resistir: tragar lo que nos echen. Joder, dona. Se habla de descalabro mundial: locura americana. Seguimos pendiendo de la fe. Recuerden: "ahora empieza lo mejor" (lo mejor incluye incertidumbre y miedo). ¿Verdad que les suena? Pues ahora empieza lo mejor. Gracias... (de nada).

3 comentarios:

  1. El día que amanecimos con la noticia de que Donald Trump ganó se respiraba un ambiente triste como cuando se muere alguien. La catástrofe estaba avisada, bada se podía hacer.

    Han pasado dos o tres días -ignoro el día que vivo- el ambiente sigue igual de triste o a lo mejor soy yo y no lo que sucede que me tiene así.

    La mayoría de las veces no entiendo a la gente. Debo ser yo. Soy una especie de animal raro. Quiero ser perro.

    Trump. A lo mejor él es como el dicho: perro que ladra no muerde. No sé -nunca me enttero de nada- acudo a la poca fe que no tengo de que no sea tan malo como lo pintan. Quiero seguir creyendo en la especie humana aunque no tenga la mínima fe en ella.

    Hoy es viernes. Un dejo de tristeza nubla mi cabeza. Los viernes no deberían de existir en el calendario.

    Hola (ni modo que despuës del rollo que me aventé te diga "buenas").

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  2. Muy buenos...

    No será lo que parece. Gracias. Beso.

    Salud.

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