miércoles, 6 de julio de 2016

Predefinición.

Almacenaron todas las risas y no se ríen, ya no somos el foco de su atención, se piropean entre ellos y se llaman por teléfono para quedar y hablar de sus cosas. Son los políticos y no son lo que decían ser. Son algo que no se ve, la luz que no se deja ver. Lo que ven nuestros ojos. No son de los nuestros, son de ellos. Solo de ellos y para ellos. Incontables los ejemplos. 

Soy de esos que no se sienten cómodos en ningún centro comercial. Siempre nombro al correfur, pero son todos igual de antipáticos. Las prisas; la gente, demasiada gente para mi estado de ánimo triste de morir; luego esos ruidos; y sobre todo el aire acondicionado que me deja más sordo y más incapaz. Y eso que llevo dos caras: la amable y la agradecida; tres, si cuento la de pagar estupefacto. O cuatro si voy a fin de mes y me obliga el asombro. Todo está muy caro. La comida. El vestido y el calzado. En un centro comercial todo es muy caro y andamos en permanente guerra con nuestros temores para llegar a fin de mes. Los profesionales que reponen las estanterías usan el engaño para vender con la mirada. Luego esta lo que nos enamora de las últimas tecnologías que son verdaderos caprichos y nos anulan el sentido común. Esas nuevas tecnologías no nos hacen la vida más cómoda nos la hacen imposible. El carro de la compra se llena y no son todo verdaderas necesidades. Lo superfluo, eso tan necesario, acaba con nuestro presupuesto.

Traigo a de soslayo la predefinición como decreto de un ente superior ante nuestros comportamientos para volver a empezar, porque viene el cuento al caso que lo bueno sería tener el necesario dinero para no pasar privaciones. Miserables, algunos y algunas, tienen grandes fortunas y pagan a testaferros por esconderlas en otros países y no pagar impuestos. Dinero gastador en bienes de consumo de primera necesidad. Las familias, y los niños primero. Así también se levanta la economía de un país. Pero no, y parece que no se activara el consumo interno. Mejora el empleo pero no los salarios. Y los asalariados no saben que hacer para llegar a final de mes. Y las pensiones de los pensionistas. Y los dependientes. Y los que no cobran porque no trabajan. Y los que ya han perdido la esperanza en el tiempo señalado.

Se subirán el sueldo, se verán las caras y sacarán la foto, entonces llegarán los tan cacareados pactos y formarán gobierno, pero será tarde, demasiado tarde quiza por tan larga la espera. Necesario dinero gastador para cubrir las necesidades primarias de las familias. Y los niños primero. Las familias pasan hambre de pan y justicia. Políticos reaccionarios: de aquellos discursos estupendos a los hechos. Ya.

2 comentarios:

  1. La realidad que nos envuelve, es demasiado triste. Una mirada de soslayo para por un instante parar, suspirar y sonreír con el ánimo por todo lo alto.

    Mentira, no sonrío, estoy preocupada. Hoy ni la poesía me salva. Ayer fui tan feliz. Ayer no es hoy. Hoy es mañana. Quisiera no ser tan compleja, tan madura, tan irreverente pero no puedo. Soy yo y no tengo remedio.

    Buen mediodía.

    ResponderEliminar
  2. Entender a una mujer siempre es complicado, pero igual eres lo que soñaste. (Sin remedio). Gracias. Beso.

    Salud.

    ResponderEliminar