lunes, 11 de julio de 2016

Probidad en testimonio.

Soy un viejo enamorado que vive cada día hechos memorables de factura verosímil. Escribo el día que me gusta vivir. Pudiera ser ciencia definición como la verdad de ayer. Ayer, escribiendo el día sobre mi pasado reciente me hizo reflexionar: si alguien me preguntara sobre la posibilidad de regresar y decidir algo distinto a lo vivido sin la menor duda diría no. Lo cierto es que no recuerdo, ni siquiera creo haber vivido otra vida a la actual. No soy consciente de haber tenido parte activa en mi pasado. Lo que si soy consciente -y aviso para que nadie intente arrastrarme a una muerte indeseada que simplemente sería recordarme mi pasado-, es que vivo el presente. Y no estoy loco: mi psiquiatra me dice que me ve muy bien y la creo. Si el aviso pareciese amenaza allá cada cual, porque tengo información suficiente sobre la vida que no he vivido como para disuadir a cualquiera de cualquier decisión en contra, incluso si ya la tuviera tomada. Así que nadie se llame a engaño porque estoy dispuesto a llegar a los tribunales de justicia para defender mi irrealidad si fuera necesario. Como testigos en mi defensa irían la multitud de grillos y luciérnagas que me anuncian la estrellada noche y la posterior madrugada. Conozco personas maravillosas con las que puedo contar para mi defensa, son gente "normal" que pretende reconstruir la dignidad, el orgullo, el sentido de permanencia tirando a la basura el pesimismo enfermizo. Al llegar mi turno, de la vida diría que está llena de intentos, proyectos por realizar, éxitos y fracasos. De curiosidad por las cosas bellas. Que sigo esperando emocionado el deslumbrar de una aurora que llegará distinta como un día lo es a otro. Y si eso fuera poco, sé con quién hay que hablar para superar la exclusión, el revanchismo y la intolerancia, enjuagarse las lágrimas y hacer reír. En fin, soy un viejo enamorado que la vida curtió sin añoranzas pero con orgullo, sin pesimismo pero con franqueza; soy lo que fui cuando quise morir y me faltó valor por miedo a sobrevivir. Soy un viejo enamorado de la vida capaz de hacer y ser útil, empezar una vez más, amar a quien me amó y agradecer el nuevo día en de soslayo. Es todo, y ya sabe quien me lee que no es poco porque es mi vida. Se les quiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario