miércoles, 27 de agosto de 2025

Jamás dejé de pensar en ti.

Una mujer, una musa, y casi una dama de la poesía resumía virtudes que difícilmente encontraríamos en la misma persona: Era una creadora, una profunda intelectual, protectora de la cultura a su manera, digo a su manera porque era a su manera (a pesar de los pesares y una muerta). Fue un milagro para la cultura del pueblo: las palmeras y el fallerío. Divulgadora de la creación literaria, echó por tierra a "Quizá ya ocurrió" (ese fue su error, esa su tragedia). Usual organizadora de eventos del libro desde la Casa de la Cultura compartía su conocimiento sin mezquindad ni egocentrismo. (Su Señor Dios no me dejaría mentir). Mezcló lo bueno con lo malo hasta diluirlo en un todo. Hay quien afirma que se infectó de su invento y eso fue todo. Pero yo eso no lo sé de fijo. Si así fuera, la literatura, los literatos o los aspirantes a escribidores de sueños, los promotores de pesadillas, los conquistadores de victorias cansados de repetidas derrotas, los ejecutados por su gloria y los no pocos consumidos por las garras de su egocentrismo, serán liberados. (Existe una impagable deuda de gratitud con esa mujer, esa musa, casi dama de la poesía que no dejó de matar y solo a una mató. Pero eso si no a la familia, a nadie importa). Gracias.

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