miércoles, 13 de agosto de 2025

Cuida tú mi credibilidad.

Los dirigentes políticos, más tarde o más temprano, incluyo el currículum simplemente por ser noticia en las primeras de los medios, mueren por haberse tragado sus propias mentiras. Es un hecho y todos tenemos ejemplos. Joder, dona, como si la lucha diaria no implicara hacer las cosas lo mejor posible sin contaminarse. No me refiero a mentir únicamente, quiero decir negar sus anhelos, reducir sus sueños a la estrechez de los recursos posibles, abandonar la honestidad emocional por las presiones del entorno, rebajar los valores a la palabra asumida por las conveniencias de una minoría -por lo general escasa de casi todo-, incluyo cumplir las promesas electorales con las que ganarone elecciones. Honrar a la familia, la familia, qué le queda a la familia si le roban la credibilidad. Perder la credibilidad es una forma de desnaturalizarla y tirarla al estercolero. A los políticos no les importa perder la credibilidad. Tal vez no saben qué es (cuida tú mi credibilidad), su "yo" consciente, su verdadero ser, el que no todos conocen y quienes lo conocen no lo aceptan (si algo bueno tienes no es tuyo, es de otros. Y ahora vienes llorando tus melancolías. Estás muerto). Sin ser Machado, don Antonio: "Vanidad de vanidades, todo es negra vanidad; y oyó otra voz que clamaba, alma de sus soledades: solo eres tú, luz que fulges en el corazón. Verdad". Gracias.

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