No soy de mucho leer novelas verdaderas, inspiradas en hechos reales, de esas que retratan fielmente la vida bajo el punto de vista de su autor. Me basta y sobra con soportar a los tristes de morir que gobiernan, meteduras de pata de atrás un día y otro. Ahora que acabamos de fracasar estrepitosamente con los voluntarios para abrir la biblioteca municipal por las críticas internas recibidas y porque los regidores que podían ser voluntarios sobre la base de ley, no lo son. (¿Pero quién sino? Para echar a andar la cultura del pueblo pusimos a los más torpes y así nos va: llegaron iletrados, vengativos, y no se imaginan el mal momento por el que atraviesa la democracia ante un ciudadano cada vez más intolerante y escéptico. "La antipolítica de los politicastros marca tendencia y el populismo gana enteros. Y si algo faltaba, aunque los voten, los dueños de los partidos generan en la ciudadanía menos confianza que un vendedor de coches usados en el rastro". (Es consejo de güelu para que, en adelante, no digas que no sabías: "sobre la base de ley", recuerda). Pienso que todo pasa por resistir mientras el cuerpo aguante la lacra social y los golpes que da la vida en soledad. "Vivimos como soñamos... solos". (Joseph Conrad). Gracias.
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