martes, 14 de febrero de 2017

Por un dios poeta vivo.

Para que un martes fuera un martes de gozo y alegría, estaría bien conocernos, digo conocernos de verdad. Aunque tuviera que desenterrar la mujer que fuiste; o la que creí que eras cuando te conocí con la voz estremecida sin saber qué hacer. Alguno te hizo daño. Y aquellas no te defendieron. Yo sí, de siempre me caíste bien. Malo fue que con el tiempo quisieras ser como aquellas, no como yo; yo sin mis ejemplos, con las palabras: los médicos malos dicen haz lo que te digo y no lo que yo hago. Es porque no me conociste en mis tiempos de comer el coco sin pecado capital. Y de golpe caer del cielo y preguntar qué ocurre aquí... Como siempre, acababa de llegar y nada sabía, aunque alguno sabía lo que tenía que callar para conservar el puesto, el sillón o, lo que era mejor en aquellos tiempos, "la chequera" de liberado que no eran sino horas sindicales: cobrar sin trabajar, y sin reuniones que justificaran la ausencia. Como ves, cuando hablo de comprar voluntades, mucho antes de que tú las compraras las compré yo. Te preguntarás por qué te lo cuento sin venir al caso: al caso viene todo mientras el caso no esté cerrado. Pero eso también lo sabías. 

Aquí no hay inocentes, hay culpables: tú negligente, yo interesado; culpables y nos hacemos daño: no habrá lágrimas que valgan si uno de los ha de morir para que el otro viva. Amor no se llama este juego de envite, se llama guerra, y tiramos a matar. Sabía lo que podía ocurrir al tirar primero y ser más viejo -no más sabio-, pero sí, de mi parte estaba la ley y una estrategia. Y ocurrió. Mi causa es noble, además de necesaria para que cambies tu ley de trampa. Habrá un antes y un después para los dos. (Te quiero). Y ahora llega la pregunta que pone en riesgo nuestra relación y que solo un dios poeta sabe la respuesta: "Está el hoy abierto al mañana. Y mañana, al infinito. Hombres de España: ni el pasado ha muerto ni está el mañana, ni el ayer escrito". Antonio Machado. Y una pregunta lleva a otra, mujer: ¿Qué ha de ocurrir para que un martes sea de gozo y alegría ahora que nos conocemos sino de verdad mejor que antes? Un dios poeta sabe la respuesta... Por un dios poeta vivo. Gracias... (de nada).

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