Ayer no estuve y hoy, al leer los diarios, no estoy seguro de haber vuelto. Este país no es el que soñé.
Al parecer Rajoy "colocó" a su amigo José Manuel Soria (ese libro que cualquier muerto llevaría a una isla desierta en medio de un mar), justo al acabar la segunda votación para su investidura que volvió a perder, de director ejecutivo del Banco Mundial con un salario "base" de 226.000 Euros al año libres de impuestos. 226.000 Euros en 2.015, en 2.016 más, o mucho más, pero no menos.
Vale que ser amigo de tus amigos es estupendo, lo que ya no es tan estupendo es que Rajoy coloque a sus amigos en puestos de relevancia mundial mientras está de prestado en la presidencia de gobierno (de no estar de prestado igual de mal). Mal y peor, pero no me apetece investigar: me duele la cabeza a morir. Y bueno, porque no tendrá que dimitir por mentir al aparecer su firma en empresas con negocios en paraísos fiscales: el Banco Mundial es el mejor negocio y no merece la pena ser emprendedor si se es director ejecutivo del propio banco. José Manuel Soria tuvo que dimitir de ministro en el gobierno de Rajoy porque España será lo que sea pero no es un paraíso fiscal. Supuestamente.
Qué indigna la clase dirigente de este país que dejó de meter la pata en asuntos de Estado para meter directamente la mano en el Erario y colocar a los amigos y amigas en puestos de libre designación con salarios que ofende la inconsciencia de los trabajadores y trabajadoras. A los asalariados de este país no les alcanza el dinero para pagar el sustento básico familiar. Y para llegar a colmo, las izquierdas no se ponen de acuerdo con la izquierda ni las derechas con la derecha. Ni entremedias. (Cuanto menos, siempre les quedarán puertas giratorias en empresas eléctricas, de telefonía, o de vaya usted a saber).
Y luego le seguirán votando...
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