Ya te lo dije:
cuando quieras marcharte ésta es la puerta,
se llama Ángel y conduce al llanto.
Autor: Ángel González.
Llega la hora de la verdad donde no valen las indecisiones. (Ni pesetas de ir al cine. ¿Cómo te atreves? Tu barbarie no tiene límites). Sin renunciar a la paz, no caben ranuras de cobardía. Has malgastado el verano como la fábula de la cigarra y la hormiga tomando el sol. O no. En otoño caen las hojas y tú sin palabras alentadoras que echar a la boca. O sí. Mientras, seguiré en la intuición, la creatividad y en esa información experta que proyecta la visión diferente de las cosas. Reflexivo, quizá comprenda cómo te has dejado llevar por la conciencia de clase que te mortifica. Y ahora dime qué ¿Tres besos? Humildad de garabato, el poeta Ángel se explica: tu futuro está escrito y no es halagüeño. Es todo, me dejo llevar por el sosiego ahora que estás a mi merced en mi impagable soledad... (Para tu satisfacción, si es que te satisface, has de saber que he llorado lágrimas de sangre por mi familia). Gracias... (de nada).
Bien visto...
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