martes, 21 de junio de 2016

Imperio invasor.

Martes 21 y de vuelta a la incertidumbre y el miedo. La incertidumbre te come por dentro y el miedo es la sombra que no importa si caminas ni la dirección que elijas porque no se separa de ti. Y el reloj no se detiene: tic, tac, tic... El asunto es serio y va para peor, no valen las insensateces ni las arrogancias.

Si el amor tuviera armas eficaces con las que luchar contra la incertidumbre y el miedo se podrían dar por vencidos. De puertas afuera de salud bien, gracias. De puertas adentro la cara de los funerales. Si amas hasta las trancas... Se deseas algo con la fuerza de tu ser... El maligno alimenta la incertidumbre y el miedo. Maldita redundancia. En los años altos escasean las fuerzas y todo pesa mucho más. Vale la esperanza para reprimir la incertidumbre y el miedo, y vale la ciencia, pero el reloj: tic, tac, tic... ¿Por qué las cosas dañinas no tienen carácter transitorio? Qué poco sabemos los que aún estamos vivos y queremos saber. Me gusta decir que soy ateo, que desde que tengo uso de razón solo creo en el amor y que me he librado de un solo dios verdadero, pero la incertidumbre y el miedo... No soy hipócrita, en un verbo le daría mi alma, mis convicciones, y lo que me pidiera para su causa al maligno.

A veces en mis debates internos llego a la conclusión que a este mundo no venimos a sufrir sino a ser libres. Y enseguida escribo. Lo bueno y lo malo es información que interesa. Yo intento escribir lo que interesa porque la información es poder. Sea verdad o mentira, la información es poder. La cuestión de tormento es que se crean que tienes la información que sospechan. A veces mis debates internos son divagaciones irrelevantes. Creo que estoy volviendo a la fe de cuando no tenía uso de razón: hay quien está creando en mi mente absurda efectos devastadores y la ciencia no responde. A veces el amor y la naturaleza son incompatibles porque la poesía no se explica. Si fuera Rajoy, yo también pediría el voto para los buenos, pero los malos ya están aquí, así que pediría el voto para echar a los malos. Ojalá que no hayan venido para quedarse. Hablo de salud, no de política. Con el perdón.

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