Ante la muerte, se hace necesario ser conscientes de nuestros prejuicios. Sí. Lo digo porque es jueves y no sábado, día de los fieles difuntos. Somos peor que la vecina chismosa cuando tenía chismes que cantar; para ella, como para mí, nuestras emociones no son humanas, ella se inventa los chismes y yo los amores. Vivimos una cotidiana conducta con el signo permanente de la negación y el fingimiento. A pesar de nuestra racionalidad nuestros actos al amparo de las circunstancias son lo contrario: actos irracionales. "Españoles y mucho españoles". Y eso que hay quienes piensan que seguimos siendo tan estupendos como siempre y subrayan el carácter emocional de nuestros actos... Ay, si Freud levantara la cabeza... Lo que mejor se nos da con diferencia, es justificar nuestros actos que fueron decisiones tomadas de antemano... Premeditadas decisiones, doy fe. Seguimos siendo estupendos, es innegable. Hasta el Papa lo confirma como materia próxima del sacramento: "si me pegan pego yo", de vuelta a la Ley del Talión. (Si los muertos hablaran cuánto sabrían los que aún viven y quieren saber).
No hay comentarios:
Publicar un comentario