lunes, 31 de marzo de 2025

Tu fotografía y mi sonrisa.

De cuando en vez me siento frente a la biblioteca de casa y dejo correr el tiempo ante tu fotografía. Te preguntarás qué pinta tu fotografía en la biblioteca de mi casa... yo también me lo pregunto. Tu fotografía la tengo situada a la altura de los ojos, en ella no busco lo que el tiempo se llevó, busco tu sonrisa que siempre será la mía. Por una fotografía no pasa el tiempo, y ya me acostumbré a tu ausencia. Desde que aprendiste a fingir empezaste a lucir triste. Y sigues dándole a la rueda que rueda: no te entiendo. Tus palabras engañosas, toda tú una mentira. Tampoco entiendo por qué sigues cada día esperando con de soslayo a que amanezca. Te enfrentaste al amor: no te valoraste, no te quisiste, no te diste una mínima oportunidad. Por los pensamientos y los sentimientos que no requieren comprobación. Te negaste a hacer las cosas bien y grabar nuestros días. Ni siquiera te regalaste una última cita. De haber reclamado nuestros derechos, de ser lo que nunca fuiste. Y ya ves, yo sigo a lo mío luchando por obtener respuestas y dar sentido a los viejos tiempos y solo cosecho lodos de viejos polvos. No, no te quiero hacer daño, tú no tienes que ver con este desahogo, porque no dejé de quererte y a cierta edad el rechazo no sienta bien del todo. (Creo en el amor ciego, pero no deseo que un día asomes por algún recodo inesperado de mi vida). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario