sábado, 4 de enero de 2025

El vecino más conocido.

Lo tengo escrito por ahí, soy un soñador tenaz, pero llevo un tiempo tratando con un ensueño angustioso agravado por una ansiedad de muchas pastillitas de colores que, de seguir en este plan, tendré que adelantar la visita con la dama que no me deja ir. Todo comenzó con la lectura de un libro medieval del que no recuerdo su título ni el nombre de su autor. Disfruto con la lectura del medievo, y también disfruto castigando a quien desprecia una tercera mano y a todo político que roba al erario (lo primero es fidelidad, lo segundo, civilidad). Soñar es mi vida, la realidad es otra cosa. Hablo de la política más cercana al ciudadano. Intentaré explicarme: El alcalde de un pueblo es, porque lo votan los vecinos del mismo pueblo, de ahí se podría considerar que el alcalde es el vecino más conocido. Por su obra lo conoceréis. Pero, antes, también por sus promesas. En la filosofía medieval se solía decir: "el obrar sigue al ser", más no el obrar funda el ser. Y llega la paradoja a de soslayo: Los amigos de la infancia del tonto del pueblo, medio en serio, medio en broma, como se dice por la tierra de las flores, de la luz y del amor, le espetaron: "Hasta ahora solo nosotros sabíamos que eras tonto, ahora se enterará el pueblo entero". Gracias.

viernes, 3 de enero de 2025

Será diferente, pero será mejor.

Me llegan noticias que vamos hacia un tiempo con días claros, de grandes expectativas, incluso un hecho ha sido llevado a cabo con éxito y no estaba escrito, ni siquiera de soslayo lo sabía (y eso es mucho decir) y que a partir de ahora todo lo que sucederá será bueno. Estaba cansado de malas noticias, hasta había llegado a pensar que este año 25 no sería diferente al pasado 24. Y no, la esperanza que creí entregada solamente esperaba un tiempo nuevo. Las noticias no explican el porqué de la aversión, pero despejan el futuro e inyectan salud mental en vena. Me llegan noticias y son hermosas, y más sabiendo lo que sabemos y con quién tratamos. Aunque no deja de ser curioso, porque estuve a punto de tirarme al monte y... Joder, dona, mi ordenador que me ordena siempre me sorprende: escribo y me doy cuenta de que tenía un plan "A" y un plan "B" y etcétera, y no lo sabia. Como Marx, Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros". En fin, "a quién dios se la dé san pedro se la bendiga". (Y vuelvo a Marx, Groucho Marx: "Perdonen, señores, que no me levante"). Gracias.

jueves, 2 de enero de 2025

Por las malas (la promesa de ayer).

Antonio Machado tenía claro que vanidad significa fragilidad y debilidad. Deseo de ostentación, de lucirse, un algo inferior al orgullo. No existe una mujer (digo mujer porque Antonio Machado dijo una mujer), que no guarde un poco de vanidad en su interior. La vanidad tiene cara de mujer en el buen sentido, forma parte de su vida cotidiana, está dentro de ella, aunque no siempre la desarrolla. Cuando una mujer es vanidosa muestra una clase de envidia porque siempre trata de obtener lo que otras tienen; tener más de todo, cosas (también personas), puesto que lo que posee es poco y necesita más para saciar su ambición y se vuelve extravagante. El perfil de una mujer vanidosa se determina al ser una persona que en la vida padeció limitaciones y pertenece a una condición de estrechez. Esa mujer se cree dueña del universo, así que todo el mundo tiene que estar a sus pies. A menudo, compradora compulsiva, gasta más de lo que debe, no es capaz de medir la cantidad ni las circunstancias, compra de todo, lo hace para sentirse bien y tiene como fin competir con otras mujeres. Una mujer vanidosa alardea sin saber que esa actitud la perjudica frente a los demás. A nadie gusta esa mujer, es antipática y eso empobrece su espíritu. Una mujer vanidosa no se viste con elegancia para agradar, sino para competir. A veces la competencia la arrastra por los placeres de la ilusión, es cuando la vanidad coge el control y se va sin haberse ido para satisfacer sus ambiciones y dar rienda suelta a sus instintos más bajos. La vanidad lleva a la mujer a ser rechazada por su entorno y a no respetarse a sí misma. La mujer vanidosa no tiene valores, se hace un daño que acaso no merece: existe un problema real de identidad. Otra cosa diferente es la mujer presumida, que es una manera de gustarse a sí misma, de sentirse hermosa y atractiva. La vanidad anula la lealtad, la confianza (una mujer iba tan ciega que echó de su lado al amigo del alma sin darse cuenta de lo que perdía. Y el dolor rompió la psique y todo rastro de humanidad). La vanidad es algo que atrapa y seduce, pero no de la forma que atrapa y seduce el amor, sino de forma cruel y malévola. "Volvamos a la verdad: Vanidad de vanidades". Gracias.

miércoles, 1 de enero de 2025

Feliz Año Nuevo.

Jesús el Cristo dijo... Y pensé... Ay, no sé. Un güelu que acaba de entrar en 2025 con sus nietos... perdón, entre mis nietos, quise decir. Qué noche de patadas, de risadas y alegrías. Hoy entró el Nuevo Año con los mejores deseos (o no). Por boca de Isaías 42:3, dijo: "No hará pedazos la caña quebrada, ni apagará la mecha humeante, pues en materia de relaciones con propósito vale más una relación débil que una rota". Vale, se acepta la frase con sarcasmo. Las frases hechas que las parta un rayo por adaptarse a cualquier condición. Pero dan sentido a las cosas y enseñan a quien quiere aprender, y callan hasta que un juez dicta sentencia. Las frases hechas tienen otro calibre fuera del alcance del lector poco inteligente... Joder, dona, qué difícil es todo, estoy casi peor que mi ordenador que me ordena. Quizá tenga que ver conque ahora para mí es treinta y uno, y no uno: le prometí a Flor de María entrar cogidos de la mano en el Nuevo Año. Además, no se me va de la cabeza "la que no debe ser nombrada" a la que pensé, a pesar de los pesares, escribirle unas palabras como intento de volver y volver, como la ranchera. Entre mis nietos tengo los mejores elementos, pero no, creo. ¿Creo? Yo soy más de pensar que de creer: tampoco será este año. Mañana volveré por las malas y si sí Feliz Año Nuevo. (¿A quién importa? Y si no también). Gracias.