domingo, 1 de noviembre de 2020

El del sexto sentido soy yo.

Hay quien va diciendo por ahí tener un sexto sentido. Qué gracia. Pues si ese sexto sentido es el de la intuición, el del sexto sentido soy yo. Yo cultivo la intuición como sexto sentido. De lejos veo venir la terquedad, la estupidez, la vanidad, y si no es un milagro es un don. El don del sexto sentido. Ojo, además del sexto tengo los otros cinco, bueno, el del oído a medias. Se podría decir que tengo cinco sentidos y medio. Pero la cosa no queda ahí, también leo la mente. Y los domingos en misa veo a Dios. Soy un tipo increíble. Si la ciencia reconociera la intuición como sexto sentido sería poeta. Un poeta. Los poetas como poco tienen seis sentidos. Y yo casi. Joder, dona, casi poeta. Si la María me convalidara el medio sentido que me falta sería poeta y te resucitaría y juntos a la luna le levantaríamos la falda. ¿Recuerdas? No hubo manera. Jugábamos a correr y a la pelota. Carinyet, te echo de menos. Desde que te fuiste las cosas me van mal, un bicho no me deja salir de casa y tener un sexto sentido solo es bueno para tratar con gentuza. Yo quiero tratar contigo y estás muerta. Mi carinyet, dona. Gracias.

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