Y llegó Ian y cerré la puerta. (A Ian no puedo abrazarle ni comerle a besos). Y en un suspiro Patricia abrió la puerta y debajo de la llave que empuñaba apareció Enol. Y Kristel y Diego están más lejos que ayer. (La palabra que no está escrita resulta letal). ¡Maldita pandemia!. La pandemia aleja a las familias de sus seres más queridos. Y, sin embargo, la gente pasa por la acera de enfrente y es tan igual que siempre. (¿Se verán a escondidas? Los contagios y los muertos crecen y no encuentro explicación). Lamento descubrir que hoy no tengo nada de interés que escribir. Ni un insulto de los peores políticos que ríen porque tal vez no saben que cuando les abandone la política les aguarda el desprecio. (El futuro si no es hoy mañana ya fue tarde). Pepa Bueno: "Sortear la tentación de trabajar para el aplauso fácil es un reto importante". O sea que, estamos donde estábamos. O peor, porque al no avanzar se retrocede. Si lo peor del amor es cuando no queda, lo peor del autoritarismo es la familia. La familia, y los hijos primero. La familia. La pobreza impuesta por decreto a la familia es la peor infamia. Gracias.
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