Porque a veces pienso en ti y en lo que deseas (y porque ya me cansé del matón de barrio, la ley de régimen local recuerda que la jefatura superior de todo el personal laboral, incluyendo el funcionariado, es indelegable. Pero eso ya lo sabías. Vuela libre mariposa) dejo pasar días a lo tonto. No es depresión, es que temo que te vayas sin haberte ido y dejes de inspirarme días sin interés. Me inspiras y no sería capaz de escribir un día prescindible sin saber que lo vas a leer. Me cansé del matón de barrio y por tu renuencia también me cansé de ti. Eugenio me dijo que cuando uno ignora intencionalmente la verdad es porque la mentira lo gobierna, ¿y será verdad? Pero yo no quiero que la mentira te gobierne y cometas imprudencias que tal vez te cuesten caras. Cuando la mentira nos gobierna podemos esperar de la vida cuanto menos incertidumbre y con ella la noche desvelada. Tú lo dijiste: nuestro amor es de otra vida y ya la hemos vivido. Aunque yo sabía que nuestro amor nunca fue de otra vida y que no la vivimos. Nuestro amor tan siquiera fue nuestro. Nuestro amor fue otra de tus mentiras. Gracias.
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