Me envía Kristel un wasap con su cara, dice, envejecida. Dios mío, mi niña, ¿qué invento demoníaco es ése? Y me explicó que descargó una att, sea lo que sea una att, en su teléfono móvil y a través de ella configura su cara más vieja que la mía. La niña de mis ojos dio en loco. Para qué querrá Kristel con su carita de luna tierna saber cómo será cuando sea vieja y yo me haya ido. Porque sé que no hay maldad en su corazón, además de la fotografía que llevo en mi cartera con su risa y su alegría, también llevaría la de su corazón de bendito amor inmarcesible. Mi niña, devuelve esa att a los infiernos. Mi niña, la niña de mis ojos, con Diego, os aseguro y lo sabes, que el tiempo, a pesar de la distancia no pasa ni pasará entre nosotros.
Como a un padre además de güelu hay cosas que no deben pasarle de soslayo hoy vendrán, ¡claro que hoy vendrán!, y a la cara, a su carita de luna tierna, le explicaré cuatro frescas para que le quede fetén el tema. También le preguntaré si sabe por qué sus besos más profundos mientras llora el alma por su ausencia fluyen en la noche desvelada. Te quiero. Os quiero.
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