La poesía es arte y no miente. Ayer, pasaste de soslayo en la sala de espera en la que hacía turno para verte. Quería verte, necesitaba hablar contigo, pero no pude con la ceguera de tu mirada y me fui. Ceguera o descuido de gente atarantada por tanto asunto inaplazable. El caso es que me fui sin verte y de vuelta a casa pensé que la poesía es arte y no miente, cierto, y lo que quiera ser porque es santa. Y es cosa de niños. Como adolescentes un día no me ves y un día no te veo. Ojalá que nuestras miradas se crucen y juntos vayamos en busca de la esencia poética que pierde la timidez y el corazón se libere de paso e inspire el alma. Con la magia del tiempo renacerá la poesía con los versos que se fueron endureciendo a golpes de indiferencia y emergerá la esperanza y se guarecerá de nuevo en nuestro relicario de amor. Lo nuestro saldrá a la luz y no habrá entrometidos, ni disculpas, ni malos entendidos. Ni se explicará. Tú, como yo, ten fe. Cosas de adolescentes. Gracias.
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