Escribo a Flor de María que me ignora.

Un sábado de fieles los difuntos escribo a Flor de María que me ignora. Pero no del amor que nos une, sino de política o lo que sea que nos desune para preguntarle: Si España está en concurso de acreedores y México le sigue a la zaga, ¿crees que sin Gila y sin Cantinflas, solo entre tú y yo, seríamos capaces de construir una España y un México mejor? El caso que hoy me obliga a escribir, además de que no sé por qué me ignoras (¡Dios mío, por qué!) es que de PSOE y de Podemos y de un Brexit por las bravas (y qué vamos a hacer con los monos de Gibraltar) estoy para que me ingresen en el manicomio.

Flor de María: Confieso a la vez que me avergüenza reconocer que de tu México lindo y querido sé apenas que está en una laguna y Guadalajara en un llano, pero considerando que tienes como vecino a un asesino en serie el estropicio de ahí no puede ser mejor que el de aquí. Tú, no sé, pero yo estoy valorando seriamente morir de pena y no resucitar jamás. Gracias.