martes, 4 de octubre de 2016

Vergüenza ajena.

Ayer, con Ian por Les Seniaes, le quería dar sentido a lo que está ocurriendo en el seno del PSOE, y, de encontrarlo, alentar a los afiliados y simpatizantes por la salida de pata de banco de sus dueños, y se me escapaban las ideas de las manos. Cuando cogía el hilo se me escapaba el ovillo. Reconozco que nada es lo que fue. El PSOE ya no se respeta porque sus dueños no respetan a sus afiliados. 

Mis ideales están con la trasformación de la sociedad. Soy uno de aquellos ciudadanos románticos en casi todo. Soy ortodoxo hasta que dejo de serlo. Nunca otra mayor decepción me hizo sufrir el partido político de mis sueños. Y ahí lo dejo, porque Javier Fernández, lleva las riendas de una gestora que no debe llevar por ser arte y parte de la mayoría golpista. Ayer decidió sí con la abstención a la investidura de Rajoy sin consultar a los afiliados. Ni todos a una ni otra vendrá que bueno me hará. Luego de más de un siglo de existencia a la esquela le falta la fecha del entierro. Me gustaría se la pitonisa Lola para saber si realmente me equivoco y salir a la calle y gritar puño en alto que no, que ya pronto volveremos ser el partido de gobierno capaz de solucionar las verdaderas necesidades del pueblo. Pero de pitonisa Lola no tengo ni el color de los ojos y para Dios suspendí. El PSOE será partido residual. Lo confirmará Rajoy cuando imponga "condiciones" para la abstención. Sí, querido Javi, compañero y amigo, cuando te reúnas con Rajoy no será para negociar la abstención a cambio "de", será a favor "de" lo que más le interese a Rajoy, presupuestos incluidos, o volveremos a votar. Mientras, otros partidos pescarán en el río de las aguas turbulentas del PSOE. 

El espacio que de cuando en vez dejo en de soslayo para ejercer de militante ciudadano comprometido con mis ideas será más corto. O quizá lo deje sobre el escritorio por si ocurre un milagro y cambian las cosas a bien y me obligue a brindar con una copa de vino por un PSOE que de soluciones y estabilidad a un país triste de morir. Seguiré, entonces, con las ideas que brotan de mi mente absurda escribiendo el día que me gusta vivir. Mis sentimientos políticos no se alimentan de barones que fueron y son una vergüenza para afiliados y simpatizantes. Y los votantes. Al PSOE no lo mantienen en el gobierno los afiliados y simpatizantes, también, y sobre todo, los votantes. Gracias... (de nada).

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