lunes, 3 de octubre de 2016

No elijas morir sin haber vivido.

"Nunca, mujer, rayo de luz, pulpa blanca de poma, suavices la pisada que no te hará sufrir. Sembremos la llanura antes de arar la loma. Vivir será primero, después será morir". Pablo Neruda.

Trato de imaginar un día feliz y creo que hoy será un día feliz. De hecho hoy es un día feliz, incluso más que ayer, pues lo que importa es contarlo. Contarlo, y vivir el día sin apremios suicidas. 

No mujer, no son horas (tic, tac) de cantar boleros en la barra del bar ni vender la honra de una amiga en el salón de los mentideros oficiales. Esa amiga es la que te puede salvar el culo y no quien te clava puñales por la espalda. Después de haber probado las mieles del éxito, intuyo un lamentable final al calor del llar. ¡Más madera!. Hogar, dulce hogar.

Me conformaría con que aprendieras de lo malo. De lo malo se aprende con humildad. Ni vencedores ni vencidos sería un buen comienzo. Todos y todas somos hijos del amor de dos. Que se vayan esas falsedades a los infiernos. Después de una mala experiencia (nunca más palabras de oráculo), como sería deseable amanecerá un día feliz. En adelante, se trata de rebuscar en la buena correspondencia que fue si algo queda y merece la pena volver al amor sin poesía (no mereces otro amor). Si como tal parece, mujer, tienes las cosas claras, haz lo que tengas que hacer: di sí, si es sí, y no, si es no (tic, tac), pero no juegues con fuego que saldrás chamuscada. Y estás jugando. No vayas de estupenda que ya no está de moda. "Vivir será primero, después será morir". Lo dice el poeta y un poeta nunca miente. 

No elijas morir sin haber vivido, es la historia de una mujer que, sin haber encontrado su fe religiosa, está convencida de que hay vida más allá de la muerte. Amén. Gracias... (de nada).

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