viernes, 7 de octubre de 2016

Lección de vida.

En la noche desvelada, y alimentando mi fe religiosa por si las cosas van a mucho peor con Rajoy y el PSOE que solo con Rajoy, que sería para mear y no echar gota... "Dios no hace acepción de personas; trata igual a ricos y a pobres, pues todos somos obra de sus manos". Job 34:19. De acuerdo que todos y todas somos obra de sus manos pero no nos trata por igual, entonces yo no sé si quiero que me trate como rico o como pobre porque seguiré siendo pobre. Antes, digo que sería en el Antiguo Testamento, también éramos obra de sus manos, pero no ricos y pobres, sino hermanos y hermanas. Recuerdo que soñé ser hijo único. ¡Qué ricos y pobres, qué hermanos y hermanas: quise ser libre!, pero esa opción de aquella, no la llevaba Dios, dependía de Franco y nunca llegó a ser opción. En serio, mi mente absurda no está en condiciones de elegir nada de lo que se me ofrece. Solo está en condiciones de elegir sobre la salud y diría sí a la salud sin cita previa ni urgencias. Si considero lo vivido, soñado, investigado o las promesas no existe como opción a elegir la salud de las gentes. A veces, por no decir la verdad miento y digo que no venimos a este mundo a sufrir; no se dejen engañar: venimos a sufrir. Y hablo de política, de fe religiosa, de salud, y en realidad quiero hablar de una musa del mes de abril para todo el año que me inspire y ser capaz de escribir el poema de amor jamás escrito bajo el mismo cielo. Eso, y solo eso quiero. (Si alguien pone en tela de juicio la lección de vida que traigo a de soslayo le recomiendo echar la vista atrás y hacer cuentas, pero no las cuentas de Rajoy, las de la señora María que hoy es viernes de fiar. Y doy gracias que de momento me llega la pensión con regularidad). Gracias... (de nada).

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