martes, 9 de febrero de 2016

Esa tristeza no.

Si vivieras en mí yo cuidaría de ti a vuela pluma ligera. Y de cuando en vez un poema de Ángel González. Si vivieras en mí, si fuera así, no te iría mal. Mi mundo es una obra literaria fingida. Con el nuevo amanecer formaríamos coreografía en el cielo con figuras de nubes caprichosas. Si vivieras en mí tu vida sería distinta, ningún problema terrenal: miedos, enfermedades, o echar días del calendario para llegar a fin de mes. Ni pastillitas de colores para dormir. Si vivieras en mí la historia se escribiría sola. (En eso tienes razón. Solo en eso).

Sin demasiada imaginación sería posible. La ciencia no nos avalaría, y no porque no sea posible, pero anda metida en buscar la vacuna para otro mosquito y no tiene tiempo para milongueros; sin embargo, de la ciencia la ficción lo haría. Si lo miras con los ojos del amor no estamos desaparecidos: nos encontramos cada madrugada bajo el mismo cielo. La cosa no es para tanta ranchera. Cada madrugada nos deseamos buen día. No está mal, considerando que de viejos no salimos de casa. Hazmerreír por ridículo que me imagines. 

Ahora bien, de una cosa puedes estar segura, si vives en mí procura no perder el control en días desvelados porque no eres tú y en ese plan no quiero que vivas en mí... Racional no te quiero. Tienes que correr riesgos, levantarte con el pie izquierdo, y cuando la mente se desbarate sin darle importancia dejarte llevar por un nuevo día. Si te diera por analizar el caso, te sorprendería al no considerar un día cualquiera diferente a otro. Cada día tiene grandes posibilidades de ser especial. Lo dijeron grandes sabios: "nada ocurre por casualidad". Tú y yo. Mente y corazón abierto, lo demás, si llega, llegará por simpatía. La tristeza no tiene cabida. Esa tristeza no. ¿Qué me dices? Se te quiere.

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