No escribo de nadie en concreto pero hay personas que son felices criticando a los demás. Lo que importa es ser feliz. En mi faceta humana me siento incómodo cuando oigo a unas y otros maldecir: lenguas maldicientes que perturban la paz colindante. Se vive en permanente desventaja con esos deslenguados de profesión. Eso es malo. Y triste. Triste de morir. Incita a emigrar. Con la inmigración llega el hambre y aparece la desnutrición oculta. Los niños primero. El agua salada del mar no sacia la sed, ni la poesía el desamor. Afectos. ¡Viva san Valentín!. Paliativos de amor.
No escribo de nadie en particular, porque es nadie, pero hay que ser cuidadoso con lo que se dice porque a veces hace daño. Son palabras que invaden la intimidad y no se dejan olvidar. Mi mente trastornada olvida fácil, no procesa y eso es bueno, pero hay de aquella persona que me recuerde mis olvidos...
Oiga, señora, no sea estúpida, ayude a los demás y será receptora de los afectos y no de las imposiciones de la verdad del más fuerte. ¿Es usted la más fuerte? Apelo a su juicio ahora que el mío está ausente. Respete las diferencias, nadie es más que nadie, nadie es nadie si solo prevalece su autoritaria verdad. Trato de cumplir con mi deber sabiendo como sabemos que todos y todas nos podemos equivocar. Claro, mujer, condene a una buena persona e inclinará la balanza a favor del mal... Lamento sacar las miserias ajenas a pasear, pero me llegan hondo sus maneras, a pesar de tener una concha en mi corazón. Escribo de otros y otra.
Dejeremos para otro de soslayo, si llega el cuento al caso, poner de moda la humildad. Y la tolerancia. Y el respeto por lo diferente. Y dar de comer al hambriento. Y los niños primero (recuerde). Los niños primero.
Ayer fue Miércoles de Ceniza, primer día de la Cuaresma, pues bien, a quien no le siente bien al cuerpo el ayuno porque la ansiedad, o la oración, la penitencia, que se meta a monja y deje vivir en paz a los demás. El ayuno y la abstinencia carnal durante la cuaresma solo es obligatorio en el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Sobra tiempo para hacer el bien. Para amar y ser amado. Y los niños primeros.
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