Ian está enfermo. Un pequeño resfriado pegado a la garganta, nada de importancia. Muchas gracias. Pero asusta. Es bebé y Patricia fue de urgencias al pediatra. Un cielo de pediatra. Enseguida lo auscultó y le puso oxigeno, penita daba, era más grande la mascarilla que su cara. Pero ya digo que nada de importancia. Muchas gracias.
Esto ocurrió el viernes y aún peno por ello. Si digo que con poca faena ya me arreglo no miento. Resulta que dos hijas me ocupaban el día con sus cosas que era el peligro asomar a todas horas, además mi esposa. Y yo muy bien, gracias a Dios. De cuatro penas a cinco sin darme cuenta. Cuatro patas para un banco y una de repuesto. La pata de repuesto yo. El miedo y la incertidumbre en los años altos son una almohada empapada de lágrimas que te impide dormir; para dormir una tila. Y algo más que me receta la dama que no me deja ir. Nunca dejaremos de preocuparnos por los hijos, y los nietos, y otros y otras colindantes. Los viejos y las viejas la única duda que nos debiera desvelar, para ser justos, elegir samba o bolero o un tango en italiano. Pero no, ni de lejos, siempre padeciendo por las personas que queremos. Los años nos absuelven de los asuntos inaplazables a la vez que nos condenan a la prisión del miedo. Llevo desde el viernes pensando cómo expulsar el miedo de mi mente sin ahuyentar el amor. Solo Ian con la mascarilla. Solo miedo. El miedo que le tengo a la enfermedad supera toda mi capacidad de ser humano. De pensar en positivo. Mi estado de animo es el pensamiento del miedo. Ni belleza ni verdad. "El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro". Woody Allen.
Hola amigos del otro lado, Vicky una vez por mes sufre resfriados, hace 24 horas está con fiebre y la garganta roja, es un virus y no tiene ninguna bacteria ocasionándole infección. Pero tiene amigdalas grandes y eso hace que sea un poco más propensa a estos virus y también son sus defensas. Siempre corremos al médico cuando tiene mucha fiebre, de hecho vamos más al médico que al mercado por pan, es normal. Para una madre, correr por sus hijos, es una materia constante, natural y llena de amor. Cariños y que se mejore prontito.
ResponderEliminarTodo dentro de lo natural. Muchos besos y salud.
ResponderEliminar