sábado, 5 de julio de 2025

La mueca ufana de la pedantería.

No hay un rincón de los comportamientos humanos donde no pueda aparecer la mueca ufana de la pedantería. Qué lástima pudiendo ser normales... ciudadanos de palabra. La palabra. Los anormales son normales estúpidos, no se equivoquen. Lo triste de morir son esos, los que se las dan de normales: ¿Qué quiere decir normal, normales, yo soy normal? Aléjate de mí, qué más quisieras tú. Si le pusiéramos arte al asunto, tanto como para lavarle la cabeza a un cochino, perderíamos tiempo y jabón, porque no dejaría de ser un cochino. Y ríen, se ríen con la risita irónica, clandestina, que acompaña a la recompensa culpable de quien se toma a poco, muy a poco su "normalidad". El mejor ejemplo, la política. Desde que se sienten impunes ante la ley van a lo suyo. A medio camino entre la comodidad de la contemplación y su "normalidad" llegan al erario. Se les da de vicio quedarse con carne en las uñas sin que nadie se entere, y si alguien se entera, se lo reparten y fin de la zozobra económica. Los políticos no es que ganen poco, ganan mucho, pero cobran poco y es la razón por la que algunos se tengan que buscar un complemento tenebroso para llegar a fin de mes. Lo más alejado de lo que se pueda ver para creer, que es lo importante, porque son los que tienen la voz, el poder y la fortuna, porque son batuta y Constitución. Los políticos. Gracias.

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