"La esperanza es lo último que debe perderse". ¿Sí o no? Ay, no sé... sigue escribiendo. Pues sigo: tanto es así, que no hay concordia sin anhelo, como tampoco impulso sin solidaridad, y, aún menos, futuro sin creer que los sueños están al alcance de la mano si lo deseas vehementemente. Cuidado, hablo de los sueños propios: sé que eres un soñador tenaz y que llevas al día tus mejores sueños. Hay que ilusionarse para poder cerrar grietas, avanzar, y elevar el espíritu creativo. La cultura, la cultura. Arte. Sin duda, merecemos otras situaciones y otros entornos que reduzcan la polarización y refuerce el sentido de pertenencia, y, sin embargo, no hacemos otra cosa que echarnos la zancadilla. Pero eso lo dejaremos para otro de soslayo menos didáctico. Sigo: esto debe generar una concienciación global inclusiva, de respeto hacia lo bueno, también lo malo y lo que nunca se sabe hasta que la evidencian rompe el enigma. Daño hizo la palabra en el lavadero municipal, las tertulias en el bar de la esquina o la UCO. Lástima de un abrazo sincero para llevar a buen término actividades delictivas tal vez que aviven el deseo de compañerismo y la creencia en un mañana libre de culpas. ¿Comprendes? Para un político estar preso es un ligero cambio de circunstancia. ¿Pero tú de qué hablas? De Santos Cerdán y la esperanza. Hay que joderse. Gracias.
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