martes, 15 de julio de 2025

Carmen y Balbino.

Vuelvo a mi esposa. Ayer tarde hablé con un amigo, y si digo amigo, digo amigo: jamás lo olvidaré (ni él a mí). El tiempo no pasa para el amor si es amor. Conocerlo (nada ocurre por casualidad), fue de las mejores cosas que me pudieron acaecer en la vida. Pero siempre hay un pero: hablé con él y luego se lo conté a mi esposa. Buena la hice, cómo se puso... Qué por qué no le pasé el teléfono, y Carmen, quería hablar con Carmen, con los dos. Le pedí perdón y le dije que le podía volver a llamar para que le pasara a Carmen, no era necesario ir a Asturias. El daño estaba hecho: morros para cenar. Haga lo que haga nunca acierto. Luego, como siempre, y dale a la rueda con sal de casa: "sal de casa, habla con la gente, aprende algo bueno de ellos, que ellos ya aprenderán algo malo de ti". Como el domingo que se levantó inspirada, podría decir que sigue inspirada, qué mujer. En fin, mientras no vote a Santi, para los amigos, lo tomo como lo que es: cosas buenas y malas de la mejor convivencia. Cariño, recuerda, ayer te dolía la cabeza y no querías hablar con nadie... "¿Carmen y Balbino son nadie? Uy, perdona, culpa mía. Aunque estamos a tiempo de deshacer el malentendido: mañana es tu santo e iré a la mejor joyería de Valencia y te compraré el pedrusco más grande del escaparate, cueste lo que cueste. Palabrita del Niño Jesús. Gracias.

P.D. Nun ye por nada, Balbino, pero mañana ye'l día del Carmen tamién n'Asturies, y n'Uviéu hai unes xoyeríes de fábula...

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