La vida es caprichosa. En ocasiones la vida pone a nuestro alcance aquello que no nos convence, y otras nos niega lo que pagaríamos hasta lo que no tenemos para conseguirlo. La vida es caprichosa y hay que aceptarla. Pero hay más: A veces despreciamos hoy lo que anhelaremos mañana. Quebramos el amor, y cantamos los tangos más tristes cuando nos damos cuenta de que la decisión que acabamos de tomar se llama Damocles y tiene una espada. "La Espada de Damocles". Irreal como la vida misma. Mientras la vida nos salude al amanecer siempre la tendremos pendiendo sobre la cabeza. "Para aquel que ve una espada desenvainada sobre su impía cabeza, los festines de Sicilia, con su refinamiento, no tendrán dulce sabor y el canto de los pájaros, y los acordes de la cítara, no le devolverán el sueño, el dulce sueño que no desdeña las humildes viviendas de los campesinos ni una umbrosa ribera acariciada por los céfiros". (Horacio, Odas III,1). La vida es caprichosa, y con una pizca de un algo que aún nadie dio a conocer, desarrolla la torpeza para elegir, de entre lo bueno, lo peor. Gracias.
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