De limpieza en el desván, en una caja encontré cuentos infantiles de mis hijas. Y me puse a releer uno que enseña acciones positivas. Cuenta que había una señora ciega sentada en la calle con una caja de zapatos y un cartón que decía: "Por favor, una limosna para una ciega". Un viejo que pasaba por allí se detuvo y observó que apenas había monedas en la caja, y, sin decirle nada a la señora, tomó el cartel y escribió otro texto. Por la tarde, el viejo volvió y la caja de zapatos estaba llena de dinero. La señora reconoció sus pasos y le preguntó qué había escrito en el cartón. Nada que no sea tan cierto como lo que había escrito, contestó el viejo, pero con otras palabras. El nuevo mensaje decía: "Huele a azahar y no puedo ver la flor". La moraleja con causa: "Cambiemos el relato, aceptemos otras realidades con imaginación. La vida evoluciona". Nadie merece ser esclavo de sí mismo ... Cuando aparece una posibilidad de cambio hay que aprovecharla. Las personas de poco fiar son aquellas que por sus venas corre el miedo al cambio. (La vida nos exige eficacia, acciones positivas y ser mejores). Gracias.
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