Cuando un sentimiento del corazón se quiere ir no lo dejo. A quien amo, porque en mi corazón solo caben sentimientos de amor, se puede ir pero de mi corazón no sale. El amor, cuanto menos, es cosa de dos. Decir te quiero es fácil. Pasar de las palabras a los hechos ya no. Aunque yo soy freudiano y llamo mil veces a su puerta así me dé una más en las narices. Soy freudiano e introvertido y mi amor por la poesía me permite dedicarme todas mis horas. Y mi palabra psicópata y a veces no la controlo, hace daño y pido perdón en su nombre. Mi palabra, como el amor, es exclusiva. ¿Comprende? Mi esposa dice que soy inútil y no. En los años altos puedo ser útil. Ocurre que de cuando en vez y corto de entendederas... Joder, dona, si Les Seniaes hablaran. En fin, la poesía es mi refugio y mi alivio de penas, y la palabra mi arma y mi escudo. (Sí, usted tiene razón en lo que ahora piensa de mí y ganaría más si me convocara como testigo presencial. No es buen momento y por eso urge. Hablo de amor. Y de salud. Vigile de cerca la salud que tiempos peores le aguardan y he comprobado de cerca que no sabe hacerles frente. No sea estúpida, con el perdón, sabe de qué hablo. Como sabe que llego a fin de mes y he comprado una bicicleta para gritar en Les Seniaes, si usted cree que es el mayor logro al que puedo aspirar ya lo he logrado). Gracias.
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